Tresmanía

Tresmanía suena a enfermedad. Y además a enfermedad de las chungas. Si le dices a alguien que tienes tresmanía seguro que frunce el ceño y te dice que la abuela de su cuñado murió de eso mismo. Vamos que duró tres telediarios.

En realidad de lo que quiero hablar es del tres. De la cantidad de treses que nos rodean. De hecho, esto lo iba a titular 3-3-3, pero iba a parecer que era el número de la bestia en época de rebajas, y se me iba a llenar el blog de trolls satánicos. Así que prefiero no sacarles de su onanismo compulsivo.

Probablemente el tres sea el temido número maléfico y no el seis. Ya lo dice la inocente canción “Tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres Y NINGUNA ERA BUENA” Esto no es un mensaje misógino. Esto es que al estar las tres juntas se volvían malas por ser tres. Y esta es la explicación por la cual las parejas de la Guardia Civil son de dos personas. Si dos picoletos acojonan, imagina que fueran de tres en tres…que miedo. Tres tricornios juntos. Eso seguro que consigue que se resquebraje el suelo a su paso.

Seguro que lo del tricornio, sí otra vez tres, es algún tipo de conjuro contra los cuernos, que habitualmente son dos…salvo si tu pareja es Berlusconi , que se disparan hasta el infinito y más allá. Como decía no es recomendable ponerle los cuernos a alguien que tiene un tricornio sobre la cabeza y una pistola en la mesa de la oficina.

Los cuernos aparecen cuando hay un triángulo amoroso, aunque más que con el corazón está relacionado con el pubis, que tiene forma de triángulo. Aclaro para aquellos que estén estudiando la ESO, que un triángulo es el polígono sin macrodiscotecas que tiene tres lados.

El tres tiene mucho tirón cuando se trata de juntar triángulos púbicos, porque sirve para potenciar las actividades sexuales: ellos joden más, tú jodes más y si te pillan serás el que esté más jodido.

Recuerdo las tres semanas que estuve saliendo a la vez con tres chicas distintas…qué esTRES!

Incluso cuando hay una reunión de tres personas en una alcoba que no es la tuya y tú estás oyendo el típico “no es lo que parece” y sabes que tu vida depende de salir corriendo como si te persiguiera un zombi en moto; no puedes hacerlo hasta que alguien cuente hasta tres. Está demostrado que el cerebro humano es incapaz de ordenar ninguna acción hasta que no le cuentan hasta tres "un, dos tres, responda otra vez". Lo que no sé es si tiene que ser una cuenta típica de uno, dos y tres, o sirve con decir tres números al azar: doce, veintidós y ochomilcuatrocientessetentayuno. Probadlo un día que os persiga el doberman que todas las gasolineras tienen suelto por la noche en la parte de atrás y me contáis.

Algo tiene que tener el tres para que una jugada de cuatro cartas en el póker como las dobles parejas pierda contra a un trío. Cuando todo el mundo sabe que es mucho más fácil hacer un trío…siempre que tu mujer no lo sepa.

El tres es un número de éxito. Si quieres que una película reviente la taquilla o que se venda un libro. Divídelo en tres partes. Las trilogías son la piedra filosofal de la cultura moderna. El señor de los anillos, Regreso al futuro, Matrix... Y les va tan bien con ese sistema que algunos repiten y te hacen otra trilogía adicional como La Guerra de las Galaxias o Saw, bueno los de Saw sin duda llegarán a hacer tres trilogías y tendrán que matar extraterrestres usando radiaciones cósmicas o fotos del Dalai Lama con estreñimiento porque para Saw IX ya habrán agotado todos los libros de torturas de este planeta.

La trilogía es un gran invento. Es una pena que no lo hubiera sabido Cervantes hace quinientos años. Seguro que ahora miso sus restos mortales se retuercen intentando completar la trilogía del ingenioso hidalgo escribiendo El Quijote Reloaded.

Y aunque no sean tres partes, si en el título aparece un tres, la gente irá a verlo aunque sea un mojón de película, como Tres solteros y un biberón, o Tres amigos, o tres novias para tres marranos... Bueno, esa no la vi en el cine, pero en la carátula del video club llevaba un reclamo al que no pude resistirme. Había una X que se repetía tres veces.

El tres es inevitable en las carreras. Siempre se premia a los tres primeros. Aplaudan a los tres primeros clasificados en los 1500 metros listos. Ohhh Estos son los tres primeros clasificados en los 100 metros espalda. Ohhh Estos son los tres primeros de la carrera de ingeniero en informática…que les den! Y efectivamente durante toda su vida profesional les dan mucho por el curro.

Lo de la afición por el tres viene de lejos. Los romanos dividieron el día en tres partes iguales. Y es algo que no se ha perdido. Después de más de veinte siglos, la gente emplea 8 horas en dormir, 8 horas en el Facebook y 8 horas en el Twitter.

El tres es un número imprescindible para que un proyecto llegue a buen puerto. El ejemplo más claro es el de Colón, que no sabía ni a dónde iba, pero cómo llevaba tres carabelas escubrió América. De hecho hubiera tenido éxito también si hubiera hecho el viaje con tres monopatines, con tres pateras, o con tres balones de pilates. El caso era llevar tres de algo y como los reyes católicos eran dos tuvo que inclinarse por las embarcaciones

El tres también tiene su toque heroico y épico como los tres mosqueteros, que en realidad eran cuatro y mataban como si fueran trescientos. O los tres tenores que contando a Pavarotti en su justa medida también parecían cuatro. O el bueno, el feo y el malo, que tenían a Clint Eastwood en forma y mataba como si fuera n cuatro. O el trío de las Azores formado por Bush, Blair, Aznar y otro señor del que no se acuerda nadie fuera de Portugal, y esos sí que mataban de verdad!!.

Pero ninguno de esos tríos es comparable a las Tres Gracias de Rubens, yo cada vez que lo veo admiro el arte con el que está pintado y al rato me pregunto a mi mismo que cojones hago mirando esos tres culos.

Y el sumum de los tríos de personajes con el permiso de los tres cerditos, es el de la santísima trinidad. Es la excusa más impresionante inventada para encubrir unos buenos cuernos. El padre, el hijo y una paloma, que se nota que fue una excusa a volapié, que si la excusa la tiene que improvisar en Galicia el trío hubiera sido: el gaitero, una vaca y un paraguas. En el fondo todo ello es una clara maniobra de despiste para que el pobre carpintero no supiera a quién le tenía que partir la cara.

El tres impone respeto. Alguien te puede decir que te va a dar dos hostias…y acojona más que una aparición de Neptuno con su tridente, pero si te dice que te va a dar tres patadas en los cojones…corre que puede que en alguno de los intentos acierte.

Los timos también usan el tres como reclamo. Si ves unos trileros en la calle huye antes de que te desplumen. En la calle tienes una oportunidad de huir. Pero si vas por la autovía y de repente tiene tres carriles…ahí no tienes escapatoria posible: se trata de una autopista de peaje.

Seguro que a estas alturas más de uno echa en falta la broma fácil sobre lo de los tres tristes tigres que esnifan farlopa en un local…bueno no estoy seguro de lo que se metían pero era algo lo suficientemente raro como para hacer que las tres malditas hijas de Elena se disfrazaran de reyes magos de oriente y se dedicaran a amargarme las navidades a mi y a todos los que jamás nos trajeron un Scalextric. Seguro que hubiera sido más fácil habérselo pedido a El Corte Inglés y pagarlo de tres veces.

Yo pensaba que iba a hacer este canto al tres en tres patadas y al final me ha llevado tres días, eso sí a ratitos de tres minutos. Y con todo me ha salido demasiado largo. Lo debería haber dividido en tres partes para que tuviera cierto éxito.